
El motor es el corazón del coche, y su buen funcionamiento depende en gran medida del uso que le damos día a día. Aunque muchas averías parecen inevitables, la realidad es que con unos cuantos gestos sencillos podemos alargar la vida útil del motor, reducir el consumo de combustible y evitar visitas inesperadas al taller.
Evita acelerones con el motor frío
Uno de los errores más comunes es exigirle potencia al motor nada más arrancar. Cuando el motor está frío, el aceite aún no ha alcanzado su temperatura óptima, lo que reduce su capacidad de lubricación. Esto provoca un desgaste prematuro en piezas clave como los cilindros o los cojinetes. Lo mejor es esperar unos minutos a que el motor alcance la temperatura ideal antes de acelerar con fuerza.
Mantén el régimen de revoluciones adecuado
Tanto revolucionar el motor demasiado como circular constantemente a bajas revoluciones puede ser perjudicial. Lo ideal es mantener el motor entre las 2.000 y 3.000 rpm en motores gasolina, y entre las 1.500 y 2.500 rpm en diésel. Así, se garantiza un equilibrio entre rendimiento y desgaste mecánico.
No apagues el motor bruscamente después de un esfuerzo
Tras conducir por carretera, subir un puerto o recorrer muchos kilómetros a altas revoluciones, es recomendable dejar el motor al ralentí durante unos segundos antes de apagarlo. Esto permite que el aceite siga circulando y enfríe el turbo o los componentes sometidos a mayor estrés, evitando así posibles daños internos.
Revisa regularmente el nivel de aceite
El aceite es vital para el motor, ya que lubrica y refrigera sus piezas móviles. Circular con poco aceite o con aceite muy sucio aumenta el riesgo de avería. Revisa el nivel al menos una vez al mes y antes de viajes largos, y sigue siempre las recomendaciones del fabricante respecto al tipo y al intervalo de cambio.
Evita los arranques y paradas bruscas
La conducción agresiva genera cambios de temperatura y presión repentinos dentro del motor, lo que puede dañar componentes internos con el tiempo. Una conducción suave no solo es más segura y eficiente, sino que protege todo el sistema mecánico del coche.
Adoptar buenos hábitos de conducción es una forma efectiva de cuidar el motor y evitar gastos imprevistos. Con un poco de atención diaria, tu coche puede mantener su rendimiento y fiabilidad durante muchos más kilómetros.
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